Redacción
Que auténticas leyendas del boxeo mexicano como Saúl Álvarez y Julio César Chávez hayan hablado de él luego de colgarse la plata en París 2024, es un reflejo para Marco Verde de “que hice bien las cosas”.
El sinaloense esboza una sonrisa al recordar que, tanto el Canelo como el Gran campeón, tuvieron palabras para él.
El medallista de plata en los Juegos Olímpicos aseguró, en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes, que “no me lo esperaba. Después de tanto trabajo, que vieran ellos que me morí en la raya en cada una de las peleas, que daba todo de mí… Creo que algo les hice sentir”.
Verde, quien dio una presea a segundo lugar en el pugilismo olímpico a México, luego de cuatro décadas, siente “satisfacción [de ser ahora un ejemplo], pero a la vez compromiso, porque tengo que pensar como una persona así [que logró una presea]. Los chavos que vienen atrás se van a guiar de mí y tengo que actuar como tal, como un ejemplo. Sé lo que hago, soy una persona responsable y disciplinada”.
El joven boxeador apuntó que no cambiaría nada de lo que hizo hasta lograr el metal en la máxima justa deportiva del planeta: “Quizá, si algo hubiera sido diferente, no tendría hoy esta medalla conmigo”, pero recordó que fue trabajo de seis meses fuera de casa y sobre todo “más de media vida en el boxeo. Tengo 22 y yo empecé a los 10 años. Cerré este libro con mucha satisfacción y paz, pero ya ha comenzado otro”.
El mazatleco es perfectamente consciente de que el oro era el metal deseado por todo México, pero “veo hacía atrás todo el sacrificio que se hizo” y por eso, después de su regreso a casa, lo primordial es “estar con mi familia”, ya que su madre es su gran apoyo y su padre uno de sus principales referentes.
A ellos son a los que principalmente les dedica la presea que trajo desde Francia, porque le acompañaron durante todo el camino que lo ha llevado a la cúspide.